
El Laberinto de Buda: Una visita siniestra
Todas las ciudades tienen sus secretos. Budapest no iba a ser diferente. Bajo el Castillo de Buda nos encontramos con el Laberinto de Buda, una visita imprescindible y que hará despertar en ti toda clase de sentimientos. Un lugar oscuro, perturbador, pero lleno de historia.
Una visita a la capital húngara es una experiencia inolvidable. De eso estamos seguros. En tu viaje, descubrirás toda clase manantiales, balnearios y construcciones de enorme hermosura. Pero también tenemos la oportunidad de encontrar rincones secretos, menos explorados, menos conocidos…
Este laberinto se extiende a lo largo de 1.200 metros bajo el bastión y está estrechamente ligado a las aguas termales, uno de los emblemas más importantes de Budapest. No en vano, fueron las propias aguas las que fueron formándolo bajo la ciudad hasta que fueron reformadas a lo largo de los siglos.
Aprovechándose de ello, la capital húngara ha ido valiéndose de su laberinto a lo largo de los años. Así, ha ido sirviendo, por ejemplo, como hospital o también como búnker en la Segunda Guerra Mundial. También hay sólidas evidencias que sostienen que fue utilizado como cárcel.
¿Sabías que en el Laberinto de Buda es posible contemplar una serie de esculturas de cera que resultan mitad fascinantes mitad tétricas? Es una de las muchas curiosidades que encierra esta visita obligada en tu viaje a Budapest.
¿Es posible visitar el Laberinto de Buda?
Por suerte para todos, sí. El Laberinto de Buda está abierto al público y en un horario amplio, de 09:30 de la mañana a 19:30 de la tarde. Su precio, además, no es excesivamente caro. Entre 6 y 7 euros por persona. Esto lo convierte, sin lugar a dudas, en una de las mejores inversiones que podemos hacer si nos encontramos en la capital húngara.
Otra nota importante es que es posible realizar una especie de “visita especial” a partir de las 18 horas. Es en ese momento cuando el recorrido pierde luz y el visitante puede recorrer los pasadizos a oscuras, valiéndose exclusivamente de una lámpara de aceite. Ya sabes que Budapest, por la noche, adquiere un tono y una mística totalmente especiales.